Los Mundos de Denis
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Prólogo

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Prólogo                                    Empty Prólogo

Mensaje por Sara Riddle Vie Oct 06, 2017 9:03 pm

Tres familias. Swan, Elliot, Harold. Tres familias unidas por una sola causa. Una alianza que lo cambiaría todo. Todo comenzó hace mucho, mucho tiempo…Tiempos en los que no existía la electricidad ni las comodidades actuales. La historia de estas familias se remonta a tiempos en los que la oscuridad acechaba desde los rincones del mundo. O mejor dicho...De los mundos.

Michiko Harold deambulaba por el bosque de Arashiyama, Japón. Habían acordado encontrarse en aquel hermoso lugar. Era un amplio y esplendoroso bosque con altos bambúes. Un lugar mágico. Era de noche. Era más seguro. La brisa aireaba sus cabellos castaños. No era la chica más agraciada del mundo. A simple vista, era una joven como otra cualquiera que se puede encontrar en la calle. Sin embargo, era más especial de lo que aparentaba. Esa había sido su bendición y su maldición. Todo a la vez. Su vida no había sido ordinaria. Michiko desearía que lo hubiese sido. Desearía haber podido crecer con tranquilidad. Desearía haber podido vivir sin el sufrimiento que le había tocado tan de cerca. La vida era así. Daba vueltas y más vueltas. Lo que iba a hacer no solo iba a cambiar su vida sino la de las generaciones futuras. Era consciente de ello. Esperaba haber tomado la decisión correcta. Muchos la habían estado persiguiendo desde antes de ser consciente de sus propios pensamientos.

—Llegas tarde.

La voz no la sobresalta. Sabía que Micaela iba a estar temprano. Ella siempre era muy puntual. Era una característica muy usual en la familia Swan. Sus ojos negros y profundos la miraban con seriedad. Su pelo negro y largo contrastaba con su pálida piel. Micaela había estado esperando un rato en aquel bosque, eso era cierto. Era la más mayor de sus hermanos. Ser un primogénito Swan implicaba más que cuidar de los menores. Micaela lo sabía bien. Michiko y ella tenían algo en común: ambas habían sido perseguidas por seres más ambiciosos que buscaban aprovecharse de ellas. Ambas eran especiales aunque cada una a su manera. En aquel mundo, la Tierra, vivían a escondidas. Vivían ocultando su secreto. Era en aquel mundo donde se habían conocido. No obstante, no había sido suficiente. Algunos las habían encontrado. Unos con mejores intenciones que otros. Así habían conocido a…

—Mejor tarde que nunca, Mica. No seas durilla con Michi.

Jeanette había llegado por fin. Era la más enérgica de las tres. Era una chica pelirroja, con el pelo enmarañado y ojos de un azul brillante. Rápidamente, se acerca a abrazar a ambas muchachas. Le gustaba mucho dar cariño a las personas que quería. Michiko y Micaela se habían convertido en más que amigas. Eran como unas hermanas para ella. De algún modo, Jeanette sentía que era su deber cuidar de ellas, incluso si Micaela creía que no era necesario. Las tres habían formado un vínculo muy fuerte. Jeanette pertenecía a la familia Elliot. En realidad, ellos sí que eran como cualquier otra familia. Simplemente la joven había decidido seguir su instinto y seguir su corazón. Al conocer a Michiko Harold y Micaela Swan, Jeanette no podía hacer otra cosa que seguirlas allá a donde iban. Había aprendido incluso a luchar para defenderlas de sus enemigos.

La risa suave de Michiko rompe el silencio tranquilo de los alrededores. Ahora estaba segura de que no se había equivocado con la idea que había tenido. Hasta Micaela sonríe ligeramente. Esta última no había conocido lo que era la verdadera amistad hasta conocer a las otras dos. Primero conoció a Michiko. No la conoció en Japón sino en su tierra natal: Escocia. Echaba de menos vivir allí. Había estado yendo de un lugar para otro, sobre todo desde que conoció a Michiko. Tenían demasiadas cosas en común. La historia de sus familias pesaban en cada una de ellas. Micaela a veces envidiaba a Jeanette. Era la más libre de las tres. Por eso también valoraba más que nunca su presencia allí. Valoraba que fuera a formar parte de lo que estaban a punto de iniciar.

—Estamos las tres aquí. Eso es lo importante, Jeanette, Micaela —dice Michiko mirándola a las dos. Entonces, su gesto se vuelve más serio — Nadie os ha seguido, ¿verdad?

Ambas chicas asienten. Micaela siempre era muy sigilosa. Estaba en su naturaleza. La sangre que corría por sus venas era muy particular. El silencio y la quietud formaban parte de su alma. Era algo que iba más allá de la personalidad. A Jeanette le costaba más pasar desapercibida. Sin embargo, cada día se esforzaba más por ellas. Jamás se perdonaría ponerlas en peligro. Las tres estaban allí por un propósito. El bosque de Arashiyama parecía el sitio perfecto para reunirse. Llevaban algún tiempo en Japón. Vivían allí refugiadas y escondidas de fuerzas malignas. Habían tomado una decisión. No iban a dejar que ninguna estuviera sola. No iban a dejar que ningún Swan, ningún Elliot y ningún Harold estuviera solo nunca más. Por eso estaban allí. Micaela las observa. Era increíble lo distintas que eran entre sí y lo unidas que estaban las tres. Cada una aportaba algo diferente. Jeanette aportaba vida, Michiko les daba creatividad y Micaela...Micaela quería pensar que ella les daba serenidad. Mira alrededor por si acaso. No, estaban solas. Estaba segura de ello. Era la que mejores sentidos tenía de las tres. No escuchaba a nadie más. Estaban a salvo por el momento.

—¿Estáis seguras de esto? —pregunta Micaela con seriedad— Una vez hecho, no hay vuelta atrás. Lo sabéis.

Tomar aquella decisión no había sido fácil. Si solo fuese a afectarles a ella, no lo hubieran pensado dos veces. Siempre iban a protegerse al fin y al cabo. Sin embargo, este paso hacia delante iba a afectar a más personas.

—Pues claro, Mica —responde Jeanette con una sonrisa—. No he estado más segura de algo en mi vida.

—Esto lo cambiará todo —murmura Michiko pasando la vista de Jeanette a Micaela—, pero sé que no me arrepentiré. He estado mucho tiempo sola. No quiero que ningún miembro más de mi familia vuelva a estarlo. Sé que os pasa lo mismo. Nosotras hemos sobrevivido cada una por nuestra cuenta pero…

—Juntas somos más fuertes —Micaela termina frase, provocando una sonrisa en las dos chicas.

Las chicas estaban decididas. Con una sola mirada cruzada entre las tres, saben que ha llegado el momento. La única luz que las iluminaba en aquellos instantes era la que provenía de la luna. Michiko es la primera que tiende sus manos a Jeanette y Micaela. Las tres estrechan sus manos entre sí, colocándose en círculo y mirándose con determinación. Micaela iba a ser la primera en hablar. Siente su propio colgante de media luna palpitar cerca de su corazón. No era un colgante corriente. Era una extensión de su propio poder, aquel que había heredado a través de su familia. Sentía el propio poder de Michiko y la calidez de Jeanette a través de ese vínculo. Tenía que concentrarse para que no fueran simples palabras lo que iba a soltar. Iba a ir más allá. Las generaciones futuras estarían para siempre vinculadas a sus palabras.

—Juro solemnemente —comienza Micaela y aprieta más la mano de Michiko y de Micaela— ser la protectora de esta alianza. Mi cometido y mi deber será protegeros y estar a vuestro lado hasta que mi corazón cese su latido. La familia Swan queda ahora ligada a vuestro destino. Mis descendientes serán los protectores de vuestros descendientes. Para siempre.

Micaela había comenzado bien. Se le daban bien las palabras, pensaba Jeanette. Siente un cosquilleo en su mano. Suponía que Michiko lo había sentido también. Micaela les estaba transmitiendo su poder. De esa forma, no solo ellas tendrían que cumplir con aquella alianza sino toda su familia. Era el turno de Jeanette. Respira hondo antes de empezar. Necesitaba pensar sus palabras. Iban a ser importantes y no quería hacerlo mal. Ella tenía un colgante con forma de sol. No era nada especial como el de Micaela. Lo consiguió pensando que sería un buen símbolo. El sol era esperanza y fortaleza. Ella quería ser fuerte. Aunque fuera un colgante normal y corriente, le daba valor. Representaba lo que Jeanette era: una chica normal y corriente que se esforzaba cada día por brillar más.

—Juro utilizar todo mi empeño en luchar contra los peligros a los que os enfrentéis. La misión de los Elliot será esforzarse por ser fuertes y lograr enfrentarnos al mal que pretende aprovechar lo que sois capaces de hacer. Yo, Jeanette, jamás os utilizaré ni manipularé como quieren otros. Ni yo ni los descendientes que pueda tener.

Michiko mira a Jeanette y esta le sonríe. Ahora se sentía aún más lo unidas que estaban. Solo faltaba Michiko por realizar el juramento. Estaba nerviosa pero no había dudas. No iba a echarse atrás. Jeanette y Micaela le habían enseñado a ser valiente y a no huir. Llevaba demasiado tiempo huyendo. La emoción se le acumulaba en la garganta. Aquellas chicas le habían enseñado lo que era vivir. No solo sobrevivir, sino vivir. En otra vida, hubieran tenido una adolescencia normal, pero no la habían tenido en esta. Los ojos se le humedecen. No sabía si estaba triste por la añoranza de lo que había perdido o feliz por lo que había ganado. Ella tenía el colgante de una estrella. Era un regalo que su madre le dio cuando era pequeña. Simbolizaba todas las estrellas que había no solo en aquel mundo sino en los distintos universos que existían.

—Jeanette, Micaela… —Michiko las mira con dulzura— yo juro que seré la guardiana de los mundos —ella sabía todo lo que ello implicaba— y todos los que vayan a heredar esta responsabilidad. Y os prometo también que estaré junto a vosotras el resto de mis días.

Un lazo se forma entre las tres. Ya estaba ahí pero ahora era más fuerte que nunca. Era un lazo invisible. A veces lo más puro de los mundos no era visible a los ojos. Este era el caso. Las tres familias estaban vinculadas por el resto de los tiempos. Las sombras de los árboles eran testigos de aquella unión que perdurará. Sin embargo, unas sombras más peligrosas acecharan desde la oscuridad, peligrando la fuerza de la unión…

En otro lugar del mismo mundo, siglos más tardes, un niño despierta de un largo sueño. Abre los ojos, pensando en mundos que explorar y retos que superar. Su nombre era Denis Harold.

Sara Riddle

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Prólogo                                    Empty Re: Prólogo

Mensaje por Kaletrya Dom Oct 22, 2017 10:53 pm

Me encanta como salió el final, es súper épico. Me encanta como la escena es llevada hasta ese punto. Realmente tengo ganas de ver cómo sigue.

Kaletrya

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Prólogo                                    Empty Re: Prólogo

Mensaje por Sara Riddle Dom Oct 22, 2017 10:57 pm

Gracias ^^ Le toca a Laury ahora así que metele presión para que escriba Very Happy lol!

Sara Riddle

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Prólogo                                    Empty Re: Prólogo

Mensaje por Kaletrya Dom Oct 22, 2017 10:58 pm

Tranquila que ya le meto yo caña ahí de la buena xD

Kaletrya

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Prólogo                                    Empty Re: Prólogo

Mensaje por Lauriweasley Dom Oct 22, 2017 11:04 pm

Pero bueno, y este club de repente en mi contra? u.u
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